jueves, 26 de agosto de 2010

Pequeño glosario iniciático



Si bien nos basamos en un libro eminentemente religioso, no hemos querido extendernos en discursos teológicos o dirimir discusiones históricas o lingüísticas.
Siguiendo los estudios bíblicos así como la arqueología moderna utilizamos algunos términos aceptados por la comunidad científica internacional.

Pueblo hebreo:
Se trata de un término étnico que se refiere a un pueblo de raza semítica y, por extensión, a una civilización antigua pero no extinguida. Hebreo significa literalmente “aquellos que pasan” o “aquellos más allá del río”, clara referencia al nomadismo.
Históricamente se les llamó más tarde “Pueblo de Israel”
Según la Biblia los hebreos eran nómadas originarios de Ur, en Mesopotamia que bajo la dirección de Abraham se instalaron en el país de Canaan (hacia 1750 antes de nuestra era).

Palestina
El término fue acuñado en principio por los filisteos, pueblo enemigo acérrimo de los hebreos de Palestina, con la intención de eliminar toda referencia de identidad judía – por lo tanto religiosa – al territorio del antiguo Israel. El nombre fue retomado más tarde por los romanos para designar el Oriente Próximo, territorio situado entre el Mar Mediterráneo y el desierto al este del río Jordán, con una clara intención política: hablando de “Palestina” el emperador Adriano quería exterminar toda referencia a los judíos como corporación religiosa tras aplastar la revuelta de Simon Bar-Kokhba en el año 132 de nuestra era.
Actualmente en arqueología se utiliza el nombre de Palestina para designar el conjunto de la región, de la misma manera se utiliza el término de Palestinos para referirse al conjunto de pueblos de la región.
Tradicionalmente la Palestina incluye las antiguas regiones de Galilea, Fenicia, Samaria, Judea, Filistea, Idumea y – según las épocas históricas – también Perea al noreste del Mar Muerto y la Decápolis, más allá del Jordán.
Durante las cruzadas la Palestina fue llamada Tierra Santa.

Israelitas
Históricamente es el término utilizado para designar a los descendientes del patriarca Jacob, que tomó el nombre de Israel.
Para evitar confusiones, este libro utiliza el término como gentilicio de los habitantes de la Israel histórica, evitando toda referencia a los nacionales del moderno Estado de Israel.

Las Doce tribus de Israel
Corresponden a los nombres y familias de los doce hijos de Jacob (más tarde Israel), instalados en Egipto. Ellas son las tribus de Rubén, Simeón, Judá, Isacar, Zabaulón, Dan, Neptalí, Gad, Aser, Manasés (hijo de José), Efraín y Benjamín. Durante la deportación a Babilonia, diez tribus desparecieron para siempre.

Hijos de Israel (Bnei Yisrael)
Término que designa a los judíos, como agrupación religiosa.

Judíos
Viene del hebreo yehoudim (término que en sus orígenes significaba “de la tierra de Judá” o “del Reino de Judá”) y designa a los adherentes al judaísmo. Según la ley religiosa tradicional –Halakha – un miembro del pueblo hebreo es judío aunque no sea judío practicante o haya abandonado la comunidad de fe.

Israel (o reino de Israel)
Según la Biblia, el reino de Israel fue proclamado hacia el año 1050 antes de nuestra era, tras el período de los Jueces, debido a que el pueblo manifiesta querer tener un Rey “como los otros pueblos” (I Samuel 8-12). Su primer Rey, Saúl, unificó las 12 tribus de Israel. A la muerte de Salomón será dividido en dos reinos: el de Israel (llamado también reino de Samaria) dirigido por Jeroboam y el de Judea, presidido por Roboam.

Judea (o reino de Judá)
Designa a uno de los dos reinos ubicados al sur de Palestina (Israel y Judá), divididos tras el cisma del pueblo hebreo a la muerte del Rey Salomón, en el año 931 antes de nuestra era. Estaba constituido por las tribus de Judá y de Benjamín y gran parte de la de Leví (dedicados al servicio del templo). Tenía como capital la ciudad santa de Jerusalén.

Semitas
Término que proviene de Sem (que significa prosperidad), uno de los hijos de Noé, personaje que sería tronco genealógico de diferentes pueblos árabes.
En ciencia moderna es un término que señala a pueblos de diferente etnia y que hablan diferentes lenguas pero que tienen un mismo origen: arameos, hebreos, árabes y etíopes.
La palabra “antisemita” ha sido utilizada en la historia moderna exclusivamente contra los judíos.

Asia Menor
Corresponde al vasto territorio de Anatolia (que en griego antiguo significa “país donde se levanta el sol”) al este del Bósforo, entre el Mar Negro y el Mar Mediterráneo. Esta enorme península se extiende por todo el extremo occidental de Asia y corresponde actualmente a la parte asiática de Turquía.


Oriente Próximo
Geográficamente es la región que se extiende por los países y zonas de la cuenca mediterránea ubicados en Asia y Africa .


Medio Oriente
Es un término de origen anglo-sajón (Middle East) que señala los países con cultura semejante que se encuentran al este de la cuenca mediterránea en Asia y el norte de África .

Torah
Es el conjunto de textos históricos y doctrinales del judaísmo. Se trata de las 613 mitzvot (en singular mitzvath = enseñanzas, preceptos, prescripciones, preceptos) o enseñanzas divinas transmitidas por Moisés en los cinco libros del Pentateuco. La Torah forma parte de la Biblia cristiana y es parcialmente aceptada por el Islam.

La Septuaginta
Se trata de la Biblia israelita, base y fuente del Antiguo testamento, traducida de los textos hebreos y arameos más antiguos al griego. Según la tradición, la traducción fue realizada en Alejandría de Egipto por 72 sabios por orden del Rey Ptolomeo II Filadelfo (284-246 antes de nuestra era) para depositar en la célebre Biblioteca de Alejandría un compendio de todos los textos sagrados.

La Vulgata
Se trata de la traducción al latín de la Biblia; el término fue utilizado por primera vez por San Jerónimo – fines del IV , comienzos del V siglo de nuestra era común – para designar tanto las versiones latinas de la Biblia que circulaban en la época, como la que él mismo tradujo.

El Talmud
Es una compilación de las discusiones rabínicas en torno a la legislación, la ética, las costumbres y la historia de la comunidad judía. Sus fuentes más antiguas datan del año 200 de nuestra era aproximadamente.

Todos los textos bíblicos mencionados pertenecen a la edición de la “Biblia de Jerusalén”

jueves, 19 de agosto de 2010

Estudio de la gastronomía en la Biblia


La gastronomía es el estudio del arte de preparar bien los alimentos, hacerlos sabrosos, masticables y digeribles, en relación con el entorno del hombre, es decir, su geografía, historia, religión y otros condicionamientos.
Dentro del concierto de naciones y civilizaciones de la antigüedad, debemos reconocer que el pueblo hebreo – protagonista de las grandes epopeyas religiosas que relata la Biblia - sabía comer bien dentro de la sobriedad que le imponía la geografía, su accidentada historia así como – principalmente - su religión. Es más, nos atreveríamos a afirmar que la alimentación estuvo al origen mismo de su identidad, y la ciencia arqueológica lo prueba.
Puede parecer un tópico pero la prohibición de comer carne de cerdo fue una opción importante que formó el carácter y la filiación del pueblo hebreo.
Los arqueólogos que han excavado en las zonas habitadas por los israelitas en la época llamada Hierro I (1200-1000 antes de nuestra era), en las tierras altas al oeste del Jordán, no han encontrado jamás huesos de cerdo. El Pueblo de Israel no sólo no cocinaba el cerdo y mucho menos lo consumía, sino tampoco lo criaba. En cambio, a pocos kilómetros de allí, los restos arqueológicos de filisteos, moabitas y amonitas prueban que estas comunidades la empleaba abundantemente.
Este hecho prueba que nos encontramos ante una identidad nacional y religiosa muy precisa de tal manera que la gastronomía y las costumbres dietéticas permitían a los adoradores de Yahveh no sólo identificarse mutuamente sino diferenciarse de los pueblos vecinos levantando verdaderas barreras étnicas.
Ahora bien, cuando intentamos hablar de la gastronomía bíblica nos topamos con un primer obstáculo: el polvo de los siglos.
Tradicionalmente se afirma que transcurrieron probablemente 2000 años entre el momento en que el primer autor bíblico consignó en una tableta de arcilla o en un papiro las primeras páginas del Pentateuco hasta cuando se redactó el último texto, probablemente en el año 90 de nuestra era. La comunidad científica actual – apoyada tanto en los últimos descubrimientos arqueológicos como en la exégesis bíblica -, tiende a probar lo contrario: así por el ejemplo el libro del Génesis no habría sido escrito sino en el siglo VII antes de nuestra era.
Por ello debemos hacer una precisión fundamental: la cronología incierta de la Biblia se debe principalmente al hecho que este conjunto de libros – alguien lo ha llamado “biblioteca” – no es una crónica, es decir, no tiene como objeto informarnos sobre la vida y la historia del pueblo de Israel, sino que intenta sobre todo anunciar el plan de salvación de Dios. Los anales del llamado “pueblo elegido” – es decir, los episodios históricos acaecidos en el lapso de 2000 años - son un elemento accesorio; lo que los aproximadamente 40 escritores bíblicos quisieron dejar testimonio fue que en el seno de esta nación, con su pequeña historia – pequeña si la comparamos con la de sus poderosos y fastuosos vecinos egipcios, sirios y asirios -, con todas sus grandezas y debilidades, sus virtudes y pecados y su devenir agitado, se instaló la Palabra de Dios. Es por eso que la ciencia actual no puede sino demostrar la inexactitud de la mayor parte de los supuestos sucesos históricos del Antiguo Testamento, muchas de las cuales son verdaderas “creaciones literarias” del autor bíblico.
La arqueología que excava en los monumentos de la antigua Palestina así como en los restos de las civilizaciones vecinas, intenta hoy aclarar los hechos e investigar las intenciones; el resultado es que con sus resultados, sin pretenderlo, logra purificar el mensaje de la Biblia.
Este libro quiere pues sumergir al lector no sólo en el ambiente de un pueblo que se inventó a sí mismo y al que la gastronomía no sólo lo ayudó a conservar su identidad como nación sino que, a lo largo de veinte siglos, lo sostuvo e identificó durante los cambios, guerras, invasiones y deportaciones sin que jamás – al menos los hombres de fe - perdieran de mira la Palabra de Yahveh. Para los creyentes, la Revelación siguió actuando no sólo en las convulsiones de la Historia sino en la vida cotidiana de cada individuo.
Es en este contexto que ofrecemos hoy la gastronomía bíblica cuyo estudio y exposición depende esencialmente de los textos sagrados, pero también de los documentos extra bíblicos que nos ofrecen no sólo la arqueología y la historia de las grandes civilizaciones vecinas del pueblo hebreo, sino ciencias auxiliares como la geografía, la antropología, la geología, la lingüística y hasta los programas espaciales.